Volar
Y habiéndote buscado todo el día en aquella ciudad, le pregunté a un viejo que cargaba en su hombro un viejo tambor: - Señor, ¿por qué quien camina quiere volar, y quien vuela no quiere caminar? El viejo me vio, siguió caminando, comenzó a tocar su tambor, y se fue volando.
/Fragmentos de un cuento imaginario llamado tú/